domingo, 13 de marzo de 2011

Ocio útil y ecológico

Resumen: Cultivar un huerto no es sólo diversión, también autosuficiencia y ahorro económico.

Antaño era muy normal que cualquiera en un pueblo dispusiera de su pequeña huertecita de la que sacar los productos que consumía la familia. El éxodo urbano y el ritmo de vida de las ciudades han dejado esas sanas costumbres en la cuneta. Nos conformamos con visitar las secciones de verduras de los hipermercados e incluso nos jactamos de saber los pequeños trucos para elegir la mejor fruta, verdura u hortaliza. Si estás cansado de conformarte con ese tipo de elecciones, ¿por qué no te atreves a cultivar tú mismo? A apreciar el sabor de los vegetales salidos del sudor y el esfuerzo sin ayuda de ningún producto químico.

Esa propuesta es el pilar de empresas como Cultivalia. Situada a las afueras de Madrid, facilita el alquiler del terreno en el que situar tu huerto: 60 euros al mes si es entre 40 y 60 metros cuadrados, 70 entre 60 y 85 y 80 entre 85 y 105, salvo si la suscripción es anual que se rebajan tres meses. También dispone de cursos gratuitos de iniciación al cultivo y a precios muy bajos si el nivel es intermedio. ‘Casi todo lo que nosotros tenemos es gente joven’ dice David Martín uno de los impulsores de este proyecto y añade ‘mucha gente se piensa que esta es una actividad para jubilados’.
Salvo en las épocas de siembra o de inicio de la actividad, el riego automático, que te instalas tú mismo, permite que las visitas a tu pequeña parcela puedan ser únicamente los fines de semana. No es un ocio pesado ya que se pueden alquilar máquinas para hacer los trabajos más costosos como el arado. Así como todos los materiales necesarios para construir nuestra propia sección de verduras, desde el mantillo hasta las propias semillas o esquejes. ‘Salvo la azada, herramienta fundamental, que la tiene que traer cada uno aunque apenas cuesta 15 euros’ corrige Martín.

Toda la producción es ecológica. Desde el abono o mantillo, hasta los métodos antiplagas: unos ladrillos dispuestos en hilera que son una especie de urbanización para los depredadores de los insectos dañinos con las plantas. ‘La producción ecológica son todo ventajas’ dice David y enumera ‘comer un producto natural, el respeto al medioambiente y realizar una actividad entretenida’. Entretenida y útil. Según Martín, de un huerto de 50 metros cuadrados se pueden sacar toda la alimentación vegetal de una familia de cuatro miembros. No está mal teniendo en cuenta que estamos en plena crisis. Ocio y ahorro, ¿se puede pedir más?

Fuente: Luis Núñez-Villaveirán / Elmundo

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